La esgrima es un deporte que requiere concentración, habilidad y reflejos rápidos. En la comunidad de personas con discapacidad auditiva, la práctica de este deporte es una oportunidad para desafiar y superar las limitaciones percibidas. Al utilizar señales visuales para comunicarse, los practicantes de esgrima (tiradores) con discapacidad auditiva aprenden a leer y a interpretar el lenguaje corporal de su oponente de una manera intensamente enfocada y concentrada.
Los movimientos precisos y técnicos de la esgrima se convierten en una poderosa expresión de su fortaleza y agilidad, superando cualquier obstáculo comunicativo que pudiera haber sido percibido.
En Club Esgrima Atlántico trabajamos en un Proyecto de Inclusión Social en el que incluimos clases de esgrima a niños y adultos. Nuestro objetivo es que, a través de la esgrima, las personas con discapacidad auditiva aprendan a confiar en sus propias habilidades y a trabajar en equipo con sus compañeros. Nuestro Maestro de Esgrima, Yann Breteau, con una pérdida auditiva progresiva del 60% es muy consciente de la importancia de llevar a cabo estrategias metodológicas para facilitar la integración del alumno mientras disfruta y aprende con este apasionante deporte.
“La única discapacidad en la vida es una mala actitud” (Scott Hamilton)
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